Tu cuerpo desnudo,
Y tus blancas, carnes,
Me destruyen, la mente,
La anegación, la cordura,
Y la inteligencia.
Quisiera hacerte el amor,
Noche y día, con sosiego
Con locura con dulzura,
Sin estruendos, sin,
Ruidos, ni violencias.
Llenarte de placeres escondidos,
que grites los sabores de este amor,
Que tu cuerpo tiemble
Como el viento
Y tus gritos sean,
De placer, no de dolor.
Que mi boca alimente,
Tu hendidura, con salivas,
De mieles, y de almíbar
Y tus ríos se desborden,
De locura al introducirte,
Esta, rabiosa, gorda y dura.
Qua mi lengua devora,
Tu garganta, ardiente,
Me aprisiones nerviosa,
Con tu diente,
Tus piernas se convierten,
En mi celda, atrapando,
Mi cuerpo en arrebato,
Y destruyes mis fuerzas,
Y mis ganas, succionando
Con tu lengua, mi aparato.
Quedamos desvanecidos,
Un buen rato y después,
Comenzamos, de inmediato.
Autor, Joaquín Méndez.
Reservados todos los derechos.
04/12/2012 13:03:14