Abanico de esmeraldas
son las hojas al nacer,
el concierto de los bosques,
el espíritu del ayer
el susurro de dos amantes
cuando las mueve la brisa,
el despertar de la mañana,
el renacer de la vida.
Sus lágrimas son el rocío
que resbala por su tez,
son lágrimas de alegría
al ver la naturaleza a sus pies.
Cuna de los pájaros,
madre naturaleza,
se reflejan en las aguas
con murmullos de grandeza.
¡Cuán alegre es para ellas
el revolotear de las mariposas,
el pulular de las libélulas
y las aves que se asoman!
Pero como la vida,
las hojas se van marchitando,
y su verde esmeralda,
se vuelve amarillo pálido.
La palidez de sus rostros
es presagio de la muerte
que hace que se las lleve el viento
hacia un lugar diferente.