Cuando paseo mis dedos por tu pelo suelto
siento las finas cuerdas de una guitarra
libres acordes salen felices volando
como una bandada colorida de pájaros.
Cuando beso tus labios de pétalo
de pétalo de lozana rosa roja
inspiradas notas de armónica coqueta
invaden el ambiente con su intenso perfume.
Cuando acaricio tus suaves manos
tus largos deditos suben y bajan
como las lacadas teclas del piano
destilando un solo nítido que paraliza.
Cuando cato tus maduros senos
explota el metálico ulular del saxofón
su sensual do re mi fa sol la si
alimenta mi ego con su poder.
Cuando poso mis manos en tus nalgas firmes
embisten ecos profundos de bongós
contagian alegría al enclenque esqueleto
hacen perder la lúcida razón.
Cuando tanteo a ciegas tu santuario genital
un éxodo de gemidos de bandoneón
dispara a las desprevenidas sienes
salvajes tormentas de opulenta sinfonía.
Guitarra, armónica, piano, saxofón
bongós, bandoneón... en fin, con tu cuerpo
formas una excepcional orquesta
todo en ti tiene ritmo, melodía, armonía…
eres como un delicado señor bolero
una canción que nunca se olvida
una invitación a bailar al ritmo de tu son
la explicación a mi compulsiva melomanía.