Hija del Sol

...Y SE PUSIERON SUS TRAJES DE GUERREROS

…Y un buen día se pusieron sus trajes de “guerrero”

y así, sol a sol cada quien se fue al “ruedo mortal”

batallas ganaban, en ellas crecían y en otras morían…

morían sueños, ilusiones, sentimientos…

tiempo a tiempo el traje fue cambiando

y poco a poco se fue haciendo más fuerte,

tanto, que aquel traje de hierro quedó adherido

a esos cuerpos que jamás se volvieron a ver…

en armadura de hierro ellos se convirtieron,

se soldó tan hondo que hasta el alma se endureció…

blindada ella quedó de metal frío y…

jamás se vio lo que en esencia había,

el tiempo, testigo y cómplice en silencio quedó…

y esas vidas amándose al ruedo asistían…

sin saberse dónde ni cómo se perdieron.

Hoy, ella, ensortijando una con una 

ideas y emociones, y buscando de precisar

las ofrendas de la vida que en su cotidianidad le deja,

intenta hilvanar razones que la motiven…

y, como arar en el vacío… pescar en mares secos…

cazar en el subsuelo… sólo halla todo seco…

espinas en el camino… sentimientos en osamenta.

Cómo duele desde tiempos remotos…

la existencia misma de lo que es por mandato del Eterno...

en ello, se quiebran las emociones…