En estos versos te daré mi despedida,
Gracias por el fulgor de tus besos,
Aunque me duela la vida misma…
Con estos besos de ti me alejo.
Quizá fuiste ilusión o drama locuaz,
Quizá solo fue para mí una brisa,
Haber tenido tu piel, tu aroma…
Haber disfrutado de tu sonrisa.
Que pena que todo eso acabe ahora,
Dejándome sinsabores en el alma,
Saber que no volveré a verte, mi aurora,
Saber que este adiós me despedaza.
Y la lluvia es testigo, de mis lágrimas por ti…
De como en cada noche por ti cante endechas,
Pero eso ya es lejanía, se fue el amor de mí,
Se fueron las margaritas, se fueron las azucenas.
No es tu culpa ni mía, es culpa del destino,
No nacimos para querernos, no nacimos para ser uno,
Eres delicado aroma, yo soy tosco vino…
Eres risa de otoño, yo cantor del infortunio.
Lo que vale del amar, no es el tiempo…
Ni siquiera cuanto se dio por el otro,
El valor verdadero, esta en saber que aun te quiero,
Y que por ese amor, ahora me voy lejos de tus ojos.
Sé que no seré suficiente para ti, lo se... (Lo digo con alegría)
No colmare cada rincón de tu preciado ser,
Tú caminas por anhelos que este hombre no ve,
Yo camino por realidades que no puedes entender.
Pero solo te deseo lo mejor, y aun más,
Que la dicha toque a tu puerta en cada momento,
Y que si algún día nos volvemos a encontrar…
Los dos recordaremos con alegría este dulce sentimiento.
Ya debo irme, ya se me hace tarde…para vivir…
Ya debo dejar de ver tus bellos ojos, o sufriré…
Solo suéltame la mano hermosa y déjame ir…
Porque aunque me vaya, de tu pecho no me iré…
Siempre te recordare… siempre te recordare.