Musitando a solas, bajo un crucifijo
Lloraba una madre la ausencia del hijo.
Musitaba en llanto la oración bendita
Y por cada rezo de la viejecita
Mil lágrimas llenas de dolor brotaban
Mil lágrimas llenas de amor que rodaban.
Al ver que la pobre se quedaba sola
Y que de aquel Cristo su voz no apartaba
Me acerqué muy quedo a ver qué pasaba.
Que se me erizaron de angustia los pelos
Al ver que la pobre gimiendo en su pena
Lloraba y pedía al crucificado
Tan solo un regalo para Nochebuena.
“Concededme Padre que mi pequeñuelo
se acuerde que aún vivo; que estoy en la tierra.
Jamás quise nada de lo que él tuviera
Pero estoy tan sola….y hoy que es Nochebuena
Me calan los huesos el frio de la espera.
Haz que venga Padre, tan solo a besarme
Que sobre mi pecho pueda yo estrecharle
Y oír de sus labios el grito de ¡Madre, bendígame madre!
Solo ese regalo te pido Buen Padre
Que venga y se quede tan solo esta tarde.
Luego …. A tí lo dejo, y si has de llamarme
Que sea mi retoño quien vaya a enterrarme.”