Alba que estalla,
sueños que se despiertan al son del primer bostezo
de la mañana;
luces aún opacas, se embriagan de tu sonrisa que brilla
en el pliegue de tu boca que me empalaga.
Cita que alimenta a mis venas agigantadas;
las calles intentan divisar mi silueta despiadada:
sigilosa y furtiva,
casual y planificada,
va sorteando vientos que me depositan en el néctar que exhalas.
Portal de ensueños de tantas páginas garabateadas,
palabras entrecruzadas y confundidas,
y en el alba de significados inciertos,
el abecedario descubre entre tantos deseos, los te quiero.
Alba, que impávida y sorprendida,
nos sustrae un par de alas:
acaso aparentaban estar reservadas
para un viaje de años luz,
que de inmediato convierte el rubor en tu mirada
en un sorbo de pasión,
con la complicidad de mi primer caricia que no habla.
Una escalera que tiembla
en el compendio de muchos quizás que toman forma,
y mientras el sol absorve el fresco del nuevo día
un mate invade el espacio que separa nuestras bocas,
para prestarnos un pedazo de vida.
DERECHOS RESERVADOS POR JOSE MEMIJOS