Ansgar

Monologo en la soledad

 

He llegado al límite de esta locura nueva, 

donde solo saltan las ilusiones perdidas.

Donde solo se dejan perder por el tiempo

en estas luchas naturales del espacio.

 

Solo quiero escribir las prosas

que salgan desde lo más interno,

 o que solo sude mi calor los deseos que no he perdido.

No quiero más lágrimas dentro de mis alegrías,

o mejor dicho,

ya no quiero más alegrías pasajeras en mis tristezas.

 

Alegría

¿No ves acaso que empañas ni soledad?

¿No te das cuenta que tu estado en mi dura poco?
 Si. Dura poco

porque mi única compañera ha sido la soledad.

 

Mi única amante ha sido ella en la cama sin espacios.

 

Aquellos límites que antes marcaba el deseo

ya no están,

ahora solo existen los limites que marca la nada,

en medio de tanta música que suena

de un lugar que desconozco.

Ya solo escucho.

 

Y me la paso absorto a la escucha de algo que no existe

y que si siento.

 

Que no palpo pero que me llena.

 

Es imposible

que la soledad a estas alturas

sea una mera ilusión de la mente humana

es imposible!

Es verdad pero que ya no quiera más compañías fastidiosas,

después de tantos estragos en este corazón dañado

por los huracanes de tus desprecios.

 

Soy, sí, soy.

 

Soy ahora aunque no quiera,

la soledad encargada con genitales de varón.

¿Y quién ha dicho que la soledad tienes sexo?

 

 No tiene.

Esta, toma el sexo de quien le hospeda.

Esta toma rostros de quienes

han sido emblemáticamente arrollados por el amor

en sus patas traseras como si fuera un caballo salvaje

que no conoce compasión,

no siente,

no vive la libertad de responsabilidad.

 

Soy así, un atropello del amor.

 

 

Estelí, Nicaragua

9 de noviembre del 2012