Mi alma menguaba por el desamor padecido,
llagas espirituales dejaban dicha cosechada;
enterado Cupido, del vacío que me desolaba,
requirió tu estampa cruzándote en mi camino.
Nuestras salidas enseñaron a cómo sumarlas
una tras otra, cada una por subida pasional;
impaciente, ante tu ausencia, me sentía mal,
esperando mientras sea próxima por amarla.
Factor común de mis apetitos, es tuya boca,
raíz de mis problemas, el miedo de perderte,
cociente de mi mente, el finalmente quererte,
exponente de aclamación, eso que provocas.
Anoticiado de tu cara, divido existencia mía,
separando de la vida lo tristemente acaecido;
al encontrarte, destierro fraccionado olvido,
remedio prescripto por esta dulce anatomía.
Variada mi cabeza, multiplica tus encantos,
resuelto, redoblo ímpetu al cuidar tu tesoro,
triplicado tanto cariño, por ti me enamoro,
reproducirme exitoso en tu lecho sacrosanto.
Paciente, sumo esperanzas puliendo corazón
mientras lo pretérito fue restado con certeza,
tu confianza nunca tendrá partidas crudezas,
multiplicada, al infinito, será tuya mi pasión.