Hay un ave que canta tan bello por las tardes ,
cuando ya la luz del día empieza a despedirse ,
que me hace recordar
esos viajes de infancia al campo
donde mis abuelos se habían retirado
y solía pasar con ellos mis vacaciones ,
esa ave me los recuerda
con tanta dedicación que me otorgaban ,
conocí y aprendí amar a los mayores ,
con ese regalo de amor que me otorgó el Creador ,
asi con ellos tambien aprendí amar a los animales ,
a las plantas frutales , al olor del campo ,
al de la leche recién ordeñada ,
al expansivo olor del café hirviendo ,
a la gente atenta , cordial , sonriente del campo
y tantas cosas que se observan ,
porque es tanta su belleza
que no basta con verlas ,
ellas te atrapan la observación
y el desarrollo del amor .