Diego Trujillo

Banderas

La noche es triste, el humo denso.

No hay lugar que me aleje de ella, no hay tiempo que la olvide,

Y yo que caigo siempre como la hoja débil del otoño,

yo que siempre termino rompiendole el cuello con mi boca.

La he buscado entre la manta frágil del azfalto,

entre el rumor cansado de la gente.

Siempre la encuentro y me desarma.

Siempre me habla con su vientre.

La noche es triste, como ella.

¿Cómo pretenden que la olvide?

Olvidar es pretender haber estado sin estar.

Olvidar es pretender amarla sin una cicatriz.

La he buscado cuando menos quiero.

Y la encuentro siempre que no debo.

Ella me abraza cuando pululan los taxis.

Y yo la encuentro siempre que me alejo.

Quizá no debí plantarla en la hierba,

ni edificarla en los rascacielos.

Ni arropar las calles con ella,

para no tener que encontrarla hasta en la noches tristes y el humo denso.