No, ya no lo amo, se perdió con la brisa del mar.
No, ya no he de soñarle, pues de mis sueños se esfumo.
No, ya no he de cantarle, mi voz, el mismo la apago.
No, ya no he de esperarle, pues la espera condeno al olvido.
No, ya no he de creer en sus palabras, pues nunca a sus actos respaldaba.
Y no, ya no he de gastar una palabra mas en el.
Pues este poema se murió con un punto y final.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
AUTORA: ORIANA RAVELO.