Soy la viva imagen de un psicópata, soy un desequilibrado, en mi mundo no hay lugar para la empatía, la misericordia o cualquier otra cualidad humana, solo hay un enorme culto a reflejar el lado oscuro de la mente, que corroe mi ser y la transforma en un ente que no es humano ni tampoco animal, es algo que se encuentra en un apartado intermedio sin clasificación, donde aflora el mal en estado puro, igual que sus inimaginables expresiones, un ser que cree ser un dios pero cuya existencia esta fuera de toda salvación.
El sufrimiento, la maldad, la denigración y todo lo oscuro presente en mí; vivo como el más despreciable de los insectos; no, mi existencia esta mucho más abajo que la de un insecto... pero... Querido Dios... esta es la vida que he llevado, ¿Es este mi castigo? Quiero creer que todavía soy humano...
Y no esto, un ser cuyas desviaciones mentales son tan grandes que soy incapaz de quererme y por consiguiente incapaz de sentir empatía por otras personas.
Soy una bestia pensante que aparenta ser humano pero que realmente es un monstruo envuelto en la piel de uno. Una criatura que al no tener emociones y sentimientos propios, los imita y finge, incluso llega a creerlos suyos. Un ser que hará lo que sea para obtener la satisfacción propia a partir del dolor y sufrimiento de las personas.
Soy la maldad encarnada, un monstruo en toda su expresión, un ser que provoca sufrimiento inimaginable a hombres y mujeres sin detenerse por remordimiento u algún otro estado meramente humano, y que al ejecutar cada una de mis perversas acciones, provoco en mis victimas un horror que se eleva a niveles inquietantes y raya en lo grotesco de infinidad de ocasiones
Estoy pues en un viaje directo a la locura, saboreando la maldad de la que soy capaz, habitando cada esquina oscura de mi mente, viendo lo que realmente deseo y añoro; continúo fingiendo ser quien solo escribe, el que sueña, fingiendo que jamás seria capaz de realizar estos actos, ocultando mi verdadero ser, mi verdadera forma... ocultándome yo mismo...