Existen mil abecedarios en mi boca, todos concuerdan con la locura
romper el hielo gota a gota, devolver la lluvia innecesaria
romper el cielo a oscuras con baladas de esperanza
y dejar que pase la hambruna, cuando los deseos te reclaman.
existen sonrisas transparentes, que empañan los espejos y traspasan las paredes
lágrimas insistentes, (llorar o detenerse a ver como tus ojos rebosan)
poemas anónimos que se enaltecen en la boca de los soñadores
virtudes incógnitas y mares que se desconocen
(el agua que golpea las orillas nunca es la misma)
y los atardeceres se confunden entre parpados inquietos.
existen avisos de desaparecidos y listas interminables
ojos que reflejan el olvido y noches inmensurables,
la ternura de los hombres envuelta en precipios
existen fragmentos de tiempo, que viajan eternamente
y diccionarios que no terminan de editarse
golpes que imitan la belleza, límpios e iluminados
secretos que devoran el fuego y la sangre
silencios que despiertan los relampagos
y flores que nacen sobre las tumbas
y aún así; sigues tan vacilante.