Mujer desnuda y en sus bordes,
la piel danza en deseo y espera.
Sus cabellos, nido de alondras,
cielo negro titilando estrellas
Y es su boca, una crisálida
de durmientes mariposas
que esperanzadas en un botón de rosa
primavera.de colores sueñan
Sus manos tejen destellos
de iridiscente Luna llena
y al amanecer ansiosa espera
por Helios, su fálico amante,
quien como vino embriagante
su fuero interno le entrega
Sus ojos puertos al infinito,
dos agujeros que como veleros navegan
al mismísimo centro de la galaxia;
donde el big-bang primario repetidamente estalla
haciendo eco en el cuenco
que su pecho latente alberga
donde su espíritu alado
en forma de corazón aguarda.
Emilia