El tiempo no te ha olvidado,
siempre está en el espacio;
ese, el que tú habías ocupado,
allá, al lado del bello Acacio.
Me ha contado el frío viento
cuando pasa soplando fugaz
que ve al inquieto tiempo,
iracundo, bajo la lluvia pertinaz.
Esperándote, como yo lo hacía,
ansioso ,hasta verte llegar.
Si lo cuento, ¿quién me creería?
Era el tiempo mi innoble rival.
Sin duda, era él, quien te retrasaba
cuando en tu reloj la hora veías
Él, siempre te la daba equivocada
porque al tú llegar, ya yo no estaría.
Razón tenía el bueno del viento,
cuando me expresó con respeto:
-“El amor enloqueció al Tiempo;
deshizo vuestro amor por completo”-.
.-“Si apenas me saluda-me dijo-
cuando percibe mi llegada”-.
-“Ir a ese lugar, no más elijo”-;
sopló el viento en su retirada.
Aunque ya tú no me interesas,
y te olvidé por completo;
dile al Tiempo, si allá regresas,
que lo perdono y lo respeto.
Y que espero sinceramente,
que le vaya muy bien contigo.
Que no traicione más a la gente,
haciéndose pasar por un amigo.
Palo Coyo-Ramón Gutiérrez