Soy yo ante esos ojos negros,
ante el corazón que en ti late,
por entre las líneas de tu espeso cabello y la miel que destila en tu boca:
la ceniza que puede encender una hoguera,
el poema lleno de esperanza en nuestro silencio.
Las dos mitades de mi alma se debaten
entre tu recuerdo o la noche.
Mi soledad busca desesperadamente aquella conversación,
sería tanto para ti en una sola mirada.
Ven ahora que estamos solo nosotros,
hablemos como soy y como eres,
de la sangre y la poesía,
una lágrima y el presente,
por que soy yo para ti el relámpago de una tormenta
dormida en tus sentimientos y tantas otras cosas olvidadas.