Me gusta cuando callas porque estás como ausente.
Quiero creer que me vives y me piensas;
Que soy el beso esperado en tu boca.
Que soy la acaricia de tu mañana.
El abrazo deseado y que anhelas en tu lecho.
-Quiero creer que no estoy, pero me sientes-
Y abrazas mi presencia ausente.
Soy la lágrima de amor que cae por tu mejilla,
y el pañuelo con que secas tus lágrimas.
La mirada que te cubre en tus noches de insomnio.
Soy el sueño de tus desvelos abrazado a mí.
El suspiro que desde lejos se cuela por tu ventana
para arrullar tus noches sin sueño,
en la espera de mis besos con promesas de amor;
arrullo que se pierde en el canto de los dos.
Me gusta cuando callas porque estás como ausente.
Haciéndome sentir el beso olvidado en mis labios,
dándome las caricias que a nadie más has dado;
te quedas en mis trigales saltando de amor y pasión,
bebiendo de ellos para apagar la sed de tus labios.
Me gusta cuando callas porque estás como ausente.
Haciéndote gaviota en mis dedos para volar a mí.
Desvistiendo recuerdos que no querías vivir sin mí.
Sabiéndote el sabor de los besos que siempre te di.
Cobijando anhelos de tenernos siempre desde la distancia.
Alicia Pérez Hernández
(No es la pluma la que escribe es el alma)