Eduardo Torres Isleño

Manos

Tengo unas manos únicas, privadas,

limpias manos de hueso joven,

mis manos son de tela o son de plástico,

llenas de dulces abejas hinchadas por la sangre

durmiendo sin medida y sin despertadores,

mis manos más que manos son antenas,

radares que cuelgan de un una teja

o dinosaurios paralíticos corriendo en las paredes,

como llaves de puertas de sótanos infinitos,

como altas, sombrías y apagadas palmeras,

estas manos son mías, no tuyas, mías,

así como este poema, o mis ojos, o mi piel,

o mi cabello perpendicular, son de mi propiedad,

no los vendo, no los juego, no los regalo,

solo tengo estas cosas para compartirlas con el universo.