Desde aquel día en el parque
que jugamos y reímos sin siquiera conocernos
dijiste que era la niña de tus ojos y tomaste mis manos frías con gran amor y cariño
que desde aquel día en el parque supe que eras el niño de mi corazón.
Hoy ha pasado mucho tiempo y esa niña que conociste creció
y con gran dolor soltaste mis manos cálidas con tristeza y decepción
desde aquel día en el parque que me viste con un señor.
Y a pesar de que perdonaste mi error
bajo la lluvia incesante, entre mis lágrimas y las gotas que susurran lentamente
en este parque lo conociste y en este parque lo perdiste
cada noche duele saber que
No soy ya, la niña de tus ojos.
Para: Ese niño que lastimé y hoy pago con dolor su indiferencia a pesar de que entendí que lo amo y lo amare eternamente.