MODESTOELPOETA1953

MI VIDA NAUFRAGA, ENTRE LAS OLAS, DE MI MAR

Mi barco esta naufragando y nadie achica el agua,
Son penas que se camuflan y se sumergen en mi fragata, 
intento apagar el fuego que aviva mi fragua,
Pero el fuego ya no se puede apocar, en mi montaña
Haya, en lo alto de mis colinas mi ser descansa,
De los dolores infiltrados que cubren mi cabaña 
No puedo levantar la cabeza, el hechizo me cansa,
Son trastornos bipolares, emociones que me engañan
Y que manda el sentimiento, entre mis hijos y mi alma,
¿Que me tiene que pasar, para poder ser feliz en mi cama?
Ya se han ido los placeres, que cubrían mi sábana 
Y tengo una edad intermedia para que mi línea se ha plana,
Aunque el corazón me regala algunas ilusiones, que pasan
Y van llenado el vacío que crucifica mi latir y me condena
A vivir, entre dolores y sensaciones que me rechazan,
Las ganas de ser feliz y caigo en la dejadez de mi pena,
Penurias que afloran dentro de los sueños que me ilusionan,
el desamor y la dejadez, que cubre la luz donde vive mi sombra,
Escondida del sol y mi luna, escoltada por la penumbra del alba,
Niebla que esconde la luz de esta triste y amarga madrugada,
¿Qué me queda, quien me ama? Presiento que nadie por mi habla,
Para decir la verdad de la vereda, por donde caminan mis ganas 
Y la verdad es que estoy abstraigo y tiembla toda mi habla,
Locución muy apagada por depresiones, que avalan mis tramas
Soluciones que no veo por la mirilla, de las retinas nubladas,
Por los llantos que derramo a diario por el mar de mis entrañas, 
Aunque mis ojeras delatan el sufrimiento de mis décadas,
Ya, el día veintiocho de este mes cumplo sesenta migrañas,
Seis décadas por donde he caminado con miedos y fobias,
Fui un niño muy maltratado por un Padre con malas uvas,
Que sin querer supongo, ya que en aquellos años eran otras vías,
Yo a pesar de las palizas que recibía correazos y mucho más, 
Lo tengo en mis recuerdos ya que murió joven, con alegrías
Y lo quiero desde el corazón sin esconder rencores ni nada,
un hombre que dentro de su casa era serio, con sensaciones amargas,                                                                               y con catorce años me orinaba encima si me pegaba,
Que era día sí y día si, en aquellos años oscuros en sensaciones,
¡Papa perdóname por relatar la verdad de mis espaldas¡ 
Llenas de correazos por las palizas que recibí como sanciones,
Pero siempre lo he querido y lo querré eternamente,
Porque en aquellas épocas eran frecuentes en muchos casones,
Te mando besos  al cielo, en donde algún  día te veré
Y pasearemos por tus cielos con tu antiguo autobús, 
Así qué término hoy como siempre, dándole gracias a Dios,
Por dejarme vivir un día más, gracias Señor, gracias.


Modesto Ruiz Martínez/viernes, 07 de diciembre de 2012       Enviado desde mi iPad