¡Tú! Que fuiste bendecida
Con la gracia de llevar en tu vientre,
Por nueve largos meses
El fruto que vistes nacer.
Y que acogiste bajo tus brazos
Aquel retoñito que con su llanto,
Te hizo despertar de madrugada
Durante días y noches de cansancio.
¡Tú! Que desinteresadamente
Y sin esperar algún presente,
Distes cada parte de tu vida
A través de tus regaños y consejos.
¡Bendita seas por siempre!
Pues con amor, empeño y esmero,
Has ido formando hombres
Y mujeres de buenos principios.
Hijos que te darán y han dado
Valor para seguir luchando,
Por ser una madre abnegada
Dedicada y siempre dispuesta.
A dar su vida por sus hijos
Olvidándose de su yo personal,
Y siempre siendo servicial
Cada minuto de tu vida.
Recibe de parte mía en este día
Mi gratitud eterna, por ser tu madre
Un tesoro, una joya invaluable