Me niego a borrar las huellas
De Tu aroma de poeta en mi piel,
Que impregnaron tus versos en cada amanecer;
Me niego a perderte,
Me niego a renunciar a la esperanza de verte,
Seguiré la huella que dejaste,
En cada uno de los atajos del silencio,
Y que hoy me señalan las manos del tiempo,
Hasta encontrarte,
Amor del alma,
Si supieras cómo duele el Unicornio de tu ausencia
Que tengo clavado en mi pecho,
Solo Tú puedes liberarme.
Amor ven a mí como yo voy sigilosamente hacia tus sueños,
Ven a mí como yo voy en cada amanecer
Y me poso en la comisura de tus labios
Dejando el más tiernos de los besos;
Amor del alma... ven,
volvamos a comulgar nuestros rituales de la piel,
Deja que sea yo quien despierte a tu huésped solitario
Con toda la pasión que mi sangre sueña;
Déjame renacer en un suspiro tuyo,
Que sé que en el aire se convertirá en beso.