Eras mi deseo, mi amor, mi vida y solo pensar en ti mi corazón se inflaba de felicidad
Tu cara, tu cuerpo, tu imagen se iban formando en mi cabeza y en mi vientre y rebosaba mi alma
Te tuve en mis brazos, te acunaba, te amaba, te besaba, te contemplaba… y parecía un sueño.
Te amé más que a mi misma, eras especial, mi todo o eso creí, pero la vida nos cambia…
Y un día me dí cuenta de que no eras real, que solo eras un sueño, que eras un pasado… y lloré
Jamás creí que esa perdida fuera el dolor más profundo que un ser humano pudiera sentir
Nunca fuiste mío, nunca fuiste real, no eras para mí y el mundo a mi alrededor se derrumbo.
No sé que nos pasó, no sé que te cambió… ya no me haré preguntas que no tienen sentido.
Hoy la serenidad me acompaña, me aconseja, me calma, me ayuda de esta perdida irreal
La madurez, los sufrimientos, hacen que mi circunstancia sean distintas, que lo afronte con resignación.
Y dejé de llorar por algo que tuve o creí tener y no existió, hoy soy más fuerte, más segura… más realista.
Hoy no recuerdo ese ayer, solo me limito al presente, a lo que me ha tocado vivir, a tu olvido… al mío.
Ahora vuelvo a ser feliz, a conformarme con lo que tengo, con lo que soy y con lo que seré…
Por fin sé que nunca fuiste mío y que nunca lo serás… y me conformo.
METISA C.P.R.