Jamás pensé encontrarle
bailando en la calle
un día de lluvia,
Con los cabellos haciéndole
contraste a la luz con que brilla.
Quien diría que bailarías una salsa en mi cabeza,
Quien diría que te sentarías a mi mesa.
No es lógico soñar que todo fue una coincidencia,
Contigo no hay pensamientos, aquí solo basta tu presencia.
Y no pensé, verte nuevamente aquí,
Bailando una salsa, esta vez junto a mí.
Y regalé una ilusión pintada en tu mano derecha,
La até, y esto hoy nos estrecha.
Para que no se pierda la guardé junto a mi pecho,
Junto al corazón en el bolsillo izquierdo.
"Leí" tu mano de junto a la mesa,
Y en esa noche se acabó tu tristeza.
Ya no llueve más,
Por qué conmigo vas.