Soledad y locura
La tibia luz de un rayo de cordura
me anima cada día con ternura
diciéndome que he de levantarme
sin hundirme con mi propia locura.
Escribo con muy pocas ilusiones
en hojas siempre llenas de borrones
los mismos que emborronan mi existencia
plagada de muy negros nubarrones,
pretendo no pensar, no me es posible
el peso del pasado es tan tangible
por más que intento no puedo olvidarlo,
o al menos, para mí no es muy factible.
Recaigo en mi rutina depresiva
pensando de manera negativa
odiosa la dureza que me envuelve
si la felicidad siempre me esquiva
si veo a los demás siempre risueños
y yo que no me río ni en mis sueños
¡de que puedo reírme sin motivo
y ahora tan siquiera pongo empeños!
Como a la soledad he sucumbido
no puede presumir de que ha vencido
pues fui yo quien caí entre sus brazos
¡cobarde que sin lucha me he rendido!
© Eduardo González Cuartango
10/12/2012 16:01:00