Siento mi dedo como de Dios
Que sube y baja ardiente la colina
Acariciando los pastos con el rocío
Y limpiando las pieles desnudas de todas las hojas
Y encuentro palpar la Creación un placer
Y tus ondulaciones y vibraciones
Y tus sentidos a flor de piel
Y sólo te pido que seas maleable mujer
Como los campos bajo las manos de Dios
Que sólo esta noche de entre todas las noches
Seas el campo y el pasto bajo mis manos