Un leño
En esa hoguera del adiós, un leño
queda encendido y nunca se consume,
relumbra siempre, brilla aunque lo sume
a todo aquello que barrió el empeño.
También palpita como un hondo sueño
que se agita, que se entibia, que resume
de aquel amor el fuego que lo exhume
pese a no haber regresos en su ceño.
Y quema con su frío más risueño
y enfría con su llama aunque lo ahume
y escapa de nosotros ya sin dueño.
Titila en un dolor que aunque me abrume
prefiero al congelarme en que me enseño
a no morir sin más que este perfume.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
06 12 12