¡No sabes cuánto! ni como
te he soñado...
he soñado tus dedos
deshojando suavemente los rincones de mi pecho,
tu aliento
humedeciendo el sentir de mi cuello
y tu piel
¡ah! tu piel
envolviendo de calor mis senderos...
tú no sabes
cuantas noches
has compartido mi lecho,
ni cuantos amaneceres
han iluminado tus ojos bellos,
y es que tú no sabes
cuánto
te he amado en silencio...