Sergio Jacobo "el poeta irreverente"

SI VAMOS A CABER EN EL INFIERNO

yo sé que me han tañido  de loco  e irreverente

de imprudente quizás y de altanero

-pero yo no como en plato de los perros

ni bebo la cicuta

ni me callo ni espero-…”

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Si vamos a caber en el infierno  -ahora lo entiendo-

No somos tantos,

acomodados uno y tras de otro con los mismos pecados,

que inconclusos a veces resultan los sucesos

no podemos contarlos

es una eternidad  curar heridas

que son para el imperio de la vida

todo un caos sumergido de palabras.

¿A dónde empieza el hoy cuándo el ayer lo acaba?

¿En qué esquina dar vuelta

o en qué árbol recargarse a leer un poemario?

Hay que acostumbrarse a mirar a las gentes

a travesar las calles

con el mismo vaivén de todo el día;

o mirar una puerta que oscila a la esperanza

o la puerta de un cuarto

en que descansa el alma,

(es igual tendría que cerrar los ojos por un momento

simularme ya muerto

a travesar el puente que cruza hacia el infierno

sabiendo que en el oscuro camino

Luzbel salga a mi encuentro)

 

Tendría que revisar el libro,  donde la remembranza sucumbe y vuela

leer algunos versos de poetas ilusos

radicales quizás, eróticos supuestos;

por eso cuando cruzo    la acera del momento

no espero la nostalgia, ni critica

                                             ni aciertos;

yo sé que me han tañido  de loco  e irreverente

de imprudente quizás y de altanero

-pero yo no como en plato de los perros

ni bebo la cicuta

ni me callo ni espero-

Mucho menos me siento a la mesa de los hipócritas

de aquellos que te ofrecen la manzana podrida

y que son llamativos por poder

y riqueza.

 

¡Qué bueno que me critiquen..! Me siento satisfecho

-los medios de comunicación, amigos y maestros-

No sé si sea ducho, ponderado y consiente

Pero sé                “qué cuánto más hablen”

 Más estaré  presente.