Un estremecedor azul se dibujó en el cielo
tiñendo la mañana de aquel día.
Ahora todo es calma,
pero ¿Qué hacer con tanta ciudad
llena de oquedades y azaleas amenazantes
en medio de margaritas rojas
que crecerán sobre tu tumba?
Quizá el primer césped
acaricie una primavera insípida
sobre la insensatez que te robó la vida.
Diciembre se abalanzó repentino
con recidivas teas de desgracia
sin siquiera anunciarse
la víspera de tu muerte,
y tú fuiste una fugaz floración
que pronto el destino marchitó
junto a las ansias de vivir
cuando tus deseos estaban
por alumbrar el futuro,
dejándonos una antorcha abatida sobre el pecho.
Hoy quisiera olvidar la poesía,
pero qué darte ahora que te vas?
aunque para otros es cosa de olvidar
sin confusas explicaciones,
sin manchas de sangre en la memoria,
sin un balón de fútbol en los pies y
sin esa sonrisa mañanera.
Mi mente pone un alto
a momentos alegres y a otros difíciles
tratando de recomponer tu tiempo
sobre estelas de sentimientos vividos,
y duele tu ausencia,
duele tu partida,
mas yo prefiero pensarte lejano
como si un día volvieras
a compartir con nosotros
tus triunfos y tus fracasos…
a la vez sé que es imposible.
Dios no lo quiera,
pero lejos de tener tu risa nuevamente
tal vez tengamos otras muertes…
otras sirenas de ambulancias llevando heridos
y otras madres desesperadas.
…como siempre seguiré mi vida
y con mucho cariño recordaré tu historia
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