¡Qué importa, nube, tu inquietud
−en palco del viento, cautiva−
si la noche descalza la quietud
tras bambalina de volcanes festiva!
¡Qué importa, laúd, tu canción
−en galope de triste partitura−
si un solo pálpito de emoción
solea la célica danza de la vida!
¡Qué importa, pena, tu desventura
−en agrio timonel de la espina−
si tatúas en el alma la bravura
y fusta del mar, sus muselinas agita!
¡Qué importa, odio, tu ácido beso
−en góndola de ciegas estrellas−
si del amor los astros ya dueños
hemos bebido gozosos su néctar!
¡Qué importa, muerte, tu infelicidad
−en linfa de azucena disonante −
si aún yerta del cielo su mocedad
siempre habrá un pájaro que cante!
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Propiedad intelectual Lucero Moscoso
Bogotá D. C. Colombia