Un hombre, una montaña, un corazón que ama.
Se derrumbó un Imperio. Cayó un nido.
Un Águila se quedó sin alas.
Una ingesta por balas.
¡Murió el águila!
Adiós arcón de armas,
adiós imperio ajeno,
adiós águila.
La noche se quedó sin color. ¡Murió la noche!
Adiós, noche.
Las estrellas siguen brillando, bailan.
Adiós luto, adiós llanto.
La mañana despertó radiante de amor.
Canta con tambor nuestra mañana.
Arpas y carrizos se abrazan.
Plumas de indígenas danzan.
Hola sol, toma mis manos de palomas blancas.
Entona nuestro himno sol. Te amo.
¡Ah, que olorosa flor me regaló la lluvia ayer!
Pueblo, llevas un arcoíris tricolor en tus alas.
Sigue con tu vuelo hacia el mañana pueblo,
vuela hasta la montaña.
Vuela, no necesitas garras, tienes alas.
Veo un hombre que ama.
Hay mariposas rojas, azules, amarillas que ríen y hablan;
niños, niñas, jóvenes,
ancianos, ancianas,
que hablan, con palabras de masas y
ríen, con risa de campanas que tintinan:
¡Patria! ¡Patria! ¡Patria!
Veo un cerro que ama y
hombres que labran la tierra con azadas y máquinas.
Un turpial revolotea los árboles.
Hay olor negro en las fábricas. Las baldosas resbalan.
Oficinas con luces de cocuyos. Fusiles que aman.
La tierra ríe, las oficinas ríen, las fábricas ríen, los fusiles ríen.
Risas de campanas que repican:
¡Patria, patria, patria!
Veo un pueblo con alas y
un corazón del pueblo.
Un hombre, una montaña, un corazón de patria.
Autora:
Amelia Suárez Oquendo.
Amediana
11 de diciembre de 2012
Al Comandante Chávez,
corazón del pueblo venezolano.