Cuanta fortaleza le das tú a éste corazón
estando parada frente al tren en la estación
me llevas de tu mano, en buena dirección
volver a su lado, no será sólo una ilusión.
Me vacías de toda angustia y todo temor
sin sufrimiento para hurgar en mi interior
el miedo no podrá tejer más en su bastidor
llenas de alegría toda mi vida, mi salvador.
La promesa de morar siempre en tu casa
inclina mi vivir y actuar bien en tu balanza
tu latir dentro de mi corazón se acompasa
llenandome de alegría, fe y de esperanza.
Generoso Buen Dios mío, ya todo pasó
pronto estaremos reunidos ya los dos
prodigandonos nuestro inmenso amor
me has hecho tu Guerrera mi Buen Dios.
Infinitas gracias por vivir en mi corazón.
©Tizzia Holwin 2012
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