En esa noche fría esperaba…
mis sueños decaían en mi almohada,
pintaba el cielo negro…
sin estrellas adornando el costero.
Esperaba con ansias el viento
que me trajera noticias de tu cabello,
el suelo sostenía mi peso añejo
mientras añejo se sostenía mi corazón.
Pintaba su rostro enceguecido
de tanto amor que él me juraba,
despertaba impregnada en su cuerpo
y el despertaba solo acompañado.
Era buena la relación…
hasta que descubrí
que el amor de su boca
por esos tiempos se podía fingir.