RICARDO ALVAREZ

LA CASA ESTÁ VACÍA

 

La casa esta vacía/

Vacía de almas y temblores

Vacía de muebles y tenedores/

Platos y patines,

vacía de miradas y quejas/

De pies que giraban sobre la cera patinando/

Mas vacía de ropas que un sórdido asaltado/

 

La puerta en pie aguarda

como una boca en... ¡Hola!

que alguien entre su paso precipitado/

Los marcos tienen el orden del hóspito abrazo/

Pero la casa sigue vacía de vísceras/

De risas y lamentos/

Sin sillas, pantallas ni radios,

parece un refugio de calvario 

más cuidado que bunker tirano/

En mi corazón persistente el dolor de vida ausente/

 

Pero en mis sueños aun retumban

pájaros trinando campanarios,

vivir un silencio compartido de pareja

o una ruidosa charla desordenada/

Un suspiro sorpresivo o tantos labios que he besado/

Un planeta de doble columna/

Un fino cuello de apreciada botella

y dos carnes exaltadas de rojo

bajo una nariz que antes llamaba labios/

 

Sigue vacía la casa... Ni el buzón ni el cartero

dejan una remembranza/

Tan vacía que hasta él último fantasma ha huido,

y solo recuerdo el penúltimo sonido del timbre

anunciando mi hora consumida/

El solitario espejo

tomó la posición antípoda del vidrio de Dorian,

y me ve como una copa rota de cristal barato

cuando asomo mi rostro barbudo de monotonía/

 

 

Sigue vacía... Sobrante de inútiles grifos/

El agua parte las paredes

donde el hongo hizo su estable morada/

Me espera mi ducha que lave algún pecado/

¡Que mucho ruido haga!

Y cuando mojado salga

quizás halle el silencio de labios

en una boca fémina de sorpresa que curiosa ha entrado/

 

La casa sigue vacía/

Pero el alma plena y caminante

se escurre por las mirillas de las puertas/

Las ventanas destraban mi mirada

al rayo de luz dorada/

Por si acaso, en las veredas, dejé un llamado,

una extendida túnica de mentira,

un número de habla real/

 

Mientras...

La lengua plena de licores,

los dedos embriagados de nicotina

resuelven en debate con la soledad

exigiendo su urgente retiro/

Que el vacío lleve su plaga fagocitaria

y entren florecidos carmines

en las manos de mi esperada Dama/

Hasta que exploten las paredes su catacumba y

amanezca la casa con el lleno del metal y el madero/

Desde el habla del amigo a la esfinge cortesana,

hallen su Bienvenida de entrada,

sea por la puerta o por las ventanas/

 

 

 

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