¿Tú sabes dónde se ha ido el Amor?
¿Y qué pasó con la Compasión?
¿Quién hace el juicio de valor
que pueda juzgar mi corazón?
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Y los sentimientos que se han ido,
ellos, ¿en qué energías se han convertido?
¿En qué lugar del espacio alguien los ha escondido?
¿Cuál es el secreto de los fines por los que se han recluido?
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Yo no puedo creer que los sentimientos se mueran.
Quizás, tan solo ellos se mudan, se convierten...
pienso que ellos, inquietos, quizás se fueran
y a algún otro objetivo distante, acierten.
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Los sabios dicen por ahí, con cierta razón,
que del Amor al Odio hay, apenas, un paso...
yo creo que en el lenguaje y en la vida del corazón
ocurren inexorables sucesos de nacimientos y ocasos.
Así que, entonces, el Amor que se ha mudado
de un lugar a otro, escondido en un rincón,
tan solo fue a algún extraño cósmico estado,
donde otro lo transformará en SU emoción.
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Por eso, en esos lejanos amores perdidos,
en los viejos cariños que se han olvidado,
en todas aquellas penas que hemos sufrido
y en las pasiones que nos han incendiado,
nos quedan recuerdos poco agradables
de malas heridas que no se han curado,
con anestésicos dolores incuestionables,
y recuerdos de fuegos, aun no apagados.
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Yo espero que todas esas sensaciones
que en nuestra vida nos han afectado,
esas energías -nuestras emociones-,
nuestros Destinos hayan delineado.
Porque yo creo que la Justa Balanza
mide nuestra poca o gran experiencia
que, sin dudar, marcará -a ultranza-
cómo fue toda nuestra existencia;
y que en ese balance \"divino\",
de nuestros odios y amores,
de nuestros andares cansinos,
y de todos nuestros sinsabores,
que ellos serán como una puntuación
con la que, puede, nos premien los dioses
para continuar con éxito nuestra Evolución
y, llegar así, a conocer lo que aún no conoces.
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Eduardo Faucheux
12-12-2012.