Dos, por donde quiera que vaya
hay dos ánimas ronroneando
sus siluetas en espejismos voraces.
Columpian sus torsos en abanicos
baten a la gravedad con sus flexiones
y se ve de ellos, un lunar hormigueando
/en el centro de mi cuello/
se derrumba el holograma de naipes.
Dos- convengamos en que son dos
los vértices abiertos al acto
te desanudo del vacío
tu lado favorito para vivir descalzo
y te cazo, en el fundamento relativo
para respirar las metáforas
que nos enjabonan el asfalto.
Son dos, convengamos
olvidemos el infierno relativo de este cuento
porque a ti quiero friccionarte en mi latido
-deja que te haga humano-
al penetrarte tu ser, en mi silo.
¡ Que ardan los fantasmas!
Exorcizen nuestros signos
giremos a las arterias para mojarnos
del acuarela
subyacen en la colmena del amor calavera
(Muerte es la antología coraza de quien olvida)
Flagelemos al secuestro del pecado
vivamos de rodillas dispuestos al mundano
y seamos sal succionando poros
en el dos cuerpo, en el uno tacto.
Son dos convengamos
los dígitos equilibrando la trípode
de ser amor en el colchón
compinches en el sillón
y allá se van los tres
gatos impares al motel
esquivando la paridad
de cualquier casino.
Eran dos convengamos
las tres encrucijadas
de este capítulo.