Sara (Bar literario)

La paridad del tres

Dos, por donde quiera que vaya

hay dos ánimas ronroneando

sus siluetas en espejismos voraces.

 

Columpian sus torsos en abanicos

baten a la gravedad con sus flexiones

y se ve de ellos, un lunar hormigueando

/en el centro de mi cuello/

se derrumba el holograma de naipes.

 

Dos- convengamos en que son dos

los vértices abiertos al acto

te desanudo del vacío

tu lado favorito para vivir descalzo

y te cazo, en el fundamento relativo

para respirar las metáforas

que nos enjabonan el asfalto.

 

Son dos, convengamos

olvidemos el infierno relativo de este cuento

porque a ti quiero friccionarte en mi latido

-deja que te haga humano-

al penetrarte tu ser, en mi silo.

 

¡ Que ardan los fantasmas!

Exorcizen nuestros signos

giremos a las arterias para mojarnos

                                                 del acuarela

subyacen en la colmena del amor calavera

(Muerte es la antología coraza de quien olvida)

 

Flagelemos al secuestro del pecado

vivamos de rodillas dispuestos al mundano

y seamos sal succionando poros

en el dos cuerpo, en el uno tacto.

 

Son dos convengamos

los dígitos equilibrando la trípode

de ser amor en el colchón

compinches en el sillón

y allá se van los tres

gatos impares al motel

esquivando la paridad

de cualquier casino.

 

Eran dos convengamos

                     las tres encrucijadas

de este capítulo.