Cada año
descumplo años
y me acerco a aquel niño
que fui.
Cada año deshojo margaritas
por si esta vez se evita
el NO por respuesta.
Cada año
renuevo la apuesta
que hice al espejo:
Arañarte el corazón,
jurarte amor eterno,
bajarme hasta al infierno,
por una sonrisa tuya.
Cada año
me surge la misma duda:
¿sentiste algo por mí,
o sólo fue una burla
la insinuación
que me hicieron tus curvas?
Cada año
recuerdo aquella noche
en aquel taxi,
en el que me negaste un sí,
en el que me robaste el alma,
en el que me condenaste
a nunca más sentir calma
en mi corazón.
Cada año descumplo años
y soy más niño que ayer.
Cada año.
MIGUEL PANDUJAR