Estaría aquí, en vano, si no quisiera lo que tú.
Odias los formalismos.
Aborrezco los rodeos.
Dejemos la ropa en el suelo
y cumplamos del otro, los deseos.
Acude a la invitación de mi boca,
fúndete en mi,
deléitate en mi cuerpo
y consumemos la aventura del pecado.
El respeto y el amor,
dejémoslos a un lado,
todo lo que nos estorba
démoslo por olvidado
y poséeme.
Después si gustas despedirte
hazme la promesa
de recordarme hasta la muerte,
que tu en mi corazón
vivirás eternamente.