Me inspiran los ojos del atardecer,
cuando el sol cae en el Poniente,
cuando el azul del cielo
se torna dorado.
Me inspiran los ojos del crepúsculo temprano,
cuando las aves vuelven a sus nidales,
cuando la noche comienza a asomar,
cuando la luna aún no aparece
y las estrellas lentamente empiezan a brillar.
Me inspiran unos ojos
de suave brillo claro,
de mirada de astro diurno
naciendo entre las montañas del Oriente.
Me inspiran tus ojos
cuando reflejan su luminosidad
sobre el azul del mar
volviéndolo espejo del infinito.
Me inspiran tus ojos
que fraguan centellas en el universo...
son como llamas ardientes
iluminando mi propia oscuridad.
Me inspiran tus ojos
cual laberintos de oro sólido,
donde pierdo el sentido del tiempo
que pasa cuando no estas.
Me inspiran tus ojos al ver en tu rostro
dos garbos y rubios narcisos...
ojos varóniles, llenos de ternura
que adormecen mi sentir.
Me inspiran tus ojos de ambar,
cual la savia del árbol
en las entrañas dormida.
Me inspiran tus ojos,
colmenas de ocaso,
dulces como la miel.
Me inspiran tus ojos,
dorados trigales
que alimentan mi motivación.