Tu clamor herido no hace mella
En la sórdida amalgama ruina
De la lengua material de vendimia
Cuyo norte es andar sin dejar huella
Monaguillo del amor, novel profeta
Que fuisteis de la jerga citadina
Genio y figura de esencia adivina
Hoy en la acera de una calle inquieta,
Mendigas descreído y errabundo
Cargando con tu musa exhausta y rota.
Ángel romántico y meditabundo
Con plumas de las alas de tu boca
Acompáñame a salvar el mundo
A punta de versos, poemas y derrotas
Gerardo Villalobos