Labios festivos de largo peregrinaje
que nunca cruzaron mis veredas,
cuyos besos emigraron a los valles
¿a que debo tan hermosa travesía
para halagar tu inesperada romería?
Desnudaré la guitarra para festejar
la fortuna de tu viaje y tu venida,
danzaré la noche en tus colinas
para amar tu llegar e odiar tu salida
y recorrer las vísperas de tu vida.
Transítame el aliento de tu jornada
relátame de todas tus aventuras
y yo te narraré las mías,
exprésame que viste en tus largos días
cuando tus besos por mi dormían.
Para hacer celar el Sol, amaré la Luna
cual atestigua la vibra moción de tus pies,
floreando mis extremidades por doquier
con ilusión impregno todo mi ser
con lo frenético de tu amor y querer.
Me intereso, Peregrina, por el historial
de tus jornadas por distintas esferas
donde el amor viajó turbio en mis veredas
hasta cruzar mis atajos y arterias,
mis ásperos caminos y secas sendas.
Amemos esta noche a la demora,
retrasemos los besos y los abrazos,
luchemos el amanecer que se apresura
a trazarnos nuevos caminos,
nuevas avenidas y atajuelos.