Sería la madrugada a duras penas,
Todo en sombra, perdido entre las horas,
Escondido en la noche, desnortado,
Cubierto de tinieblas.
Sólo tu cuerpo tan sólido y cercano
Me indica contundente el destino propicio.
No entiendo ni quiero orientaciones
Mi mano ha comprendido, escarba entre los pliegues
Y me basta.
El muro de tu piel sale al encuentro
Y establece el formato
Junto a la suavidad de la materia.
Todo sombra, sin tiempo,
Pero encendido y con destino cierto.
Otras veces me hubiera sublevado
Para encajar tus ojos y perforar tu boca
Sin que se perdieran las correspondencias
Pero la confusión me dice que he llegado
Que hay un punto de destino en esta noche
Y que ni el tiempo, ni la luz
Ni la razón que gasto a manos llenas
Son criterios solventes para el caso.
Que debo abandonar, permitir este flujo
Y reflujo de sentidos ocultos
De sensaciones ciegas que me hablan
Mientras brotan a la vida.
Estas órdenes nuevas no sé de dónde surgen
Pero estoy anegado y respiro plenamente
Desde esta oscuridad reconfortante
Y este sueño de espuma junto al tuyo.