Soy amante furtivo y decoroso de tus negros pétalos rosa sin tallo, soy amante de tu manto sedoso de puntos brillantes fulgurosos retoños de llegada, soy el mismo amante incisivo de tus pechos colinas fuertes y muslos aurora, amante también de tus precipicios amorosos y criminales, amo los aullidos de tus mascotas, del taladrante sonido de misteriosos de plebeyos diminutos, de la inteligible y maravillosa de seis patas dos antenas y de los gritos y sustos repentinos de las asquientas féminas, amante del gato del vecino que me desvela y me hace querer atinarle con la punta de un zapato, pero sé que no dejaría por más que lo maltrate de maullar a tu nombre claro. Affaire diario vivo por tus orillas ventiladas, me asomo a la lucerna de tu alma para verte desnuda, clara y bondadosa; me resbalo en tu caricias frías traídas desde una cordillera con el buqué de las historias y serenatas que otros como yo apuntan a tu suerte de diosa, cobijo mis delirios con tu brazo nublado de pesadillas de niños que mojan su cama, me aparto los fantasmas, los duendecillos, el coco, las lloronas y demás anécdotas de tu camino.
Paso enamorado, enamorando cada uno de tus formalismos puntuales que muy a alas seis están asomando sus dedos en mi ciudad que se enciende con tu preciso arribo a mi capital de los vientos que arrojas para desfaldar a las puritanas, llegas paciente y menguante otras veces llena y unas mas bien, casi siempre ciega. Pasas callada como no estando como en puntitas de cisne bailarina sabia y engañosa; debería llamarte madre de mis artes porque haciendo el amor contigo las concibo en mi palabra, deberían llamarte ministra del trabajo porque ladrones, putas, fiesteros, monstros, grillos, brujas, lámparas, locos, vendedoras de café, compradores de café con dos de azúcar por favor y hasta el hombre murciélago están en tu nomina trabajando. Podrían llamarte huérfana del sol hija de su sombra hermana de su huida, podrían llamarte cascada de inspiraciones fortaleza de secretos, serias es apócope de malvada ternura o de llana loca, prontuario de viudas que esperan en lo quicios fantasmales y gastados de anacrónicos ventanales.
Hay! Si por siempre y para siempre pudieran entender este idilio público de cucullos apagados y ratos tecleados, este portentoso idioma de hojas y entrevistas con poetas muertos, si los demás pudiesen celar estas agonías dulces con risas ahogadas en muros de ladrillos y focos amarillentos, como sería si aquellos que están allá te vieran como te veo, como sería de innegable la rabieta por tenerte solo mía solo porque sí; solo porque sos mi única compañía ramera del universo solo porque entras en los ojos de tus amantes, solo porque despiertas a los muertos y duermes la memoria de los vivos, solo porque la sinfónica del pueblo ya se va porque está lloviendo y solo quedas tu para oír su silencio, solo porque sos tan omnipresente como la sombra de una lagrima, solo porque me alumbras con tu obscuridad nómada de doce horas nada más; solo porque estoy como ves solo , y solo veo que solo estas sola solamente por eso es que canto estos versos tersos que solo me apasiona, solo como el polo de la luna como el norte sin su sur que anda ya dormido en su cuna, solo como Neruda en su canción desesperada solo así te aguardo ya casi con la pasión desvelada, solo después de vaciarme es que pongo aquí mi broche solo porque te amo mi querida, compañera inmortal tu, mi amada noche.