Tratar de observar en lo oscuro
esa pequeña luz que guia,
tratar de escuchar en el ruido
ese susurro del silencio que de paz cada día.
Encontrar lo que no se quiere buscar,
hablar cuando no se quiere escuchar,
ver lo que se quiere ver,
y desear lo que no se puede tener.
Así,
en solitario pensamiento
respirando profundo, sin ningún miedo
en medio del vacio botarse
sin que la vida tenga sentido
para quedarse sin aliento
y por fin vagar ahogado
en las finas y perfectas curvas del cuerpo.