"Deja que en tu piel un te amo escriba,/ tu ser es inspiración por la que deliro,/ que me hará amarte mientras viva/ hasta mi último suspiro".
Despierta ahora las ansias de tu piel,
no importa si tu pensamiento es infiel
o si eres fiel hasta jurarlo de rodillas.
Pasa tus manos por mis manos suaves,
imagina que en ellas están las llaves
para que tú y yo hagamos maravillas.
Despierta en tu cuerpo esa sensibilidad,
la auténtica, la que te eriza de verdad
cuando te decides a entregarte desnuda.
Que tu sostén lento me vaya mostrando
que tus pezones cuando estás deseando
se levantan y buscan mi boca sin duda.
Despierta pero no abandones tus fantasías,
ésas donde permites que sean muy mías
todas tus ocultas y prohibidas emociones.
Acepta al fin que tu hombre soy yo mismo,
el que provoca las letras llenas de erotismo
que hay en la letra excitante de tus canciones.
Despierta y dime que soy en verdad tu dueño,
el que te hace el amor sin parar en cada sueño
y el que deja en el aire grabados tus gemidos.
Señálame inmisericorde como el único culpable
de lograr que por tanto éxtasis no sea probable
que seas capaz de controlar todos tus sentidos.
Despierta la lujuria que en tu mente se oculta,
no eres una niña, libera ahora a la mujer adulta
que quiere en unos brazos vivir... y perderse.
La misma que ante el espejo suelta sus senos
y los deseos perversos que le dan son tan buenos,
que perversa sin límites no le importa volverse.
Despierta los deseos fuertes de la noche de cubrir
con su manto todo lo que deseas conmigo vivir
y haz que se sonroje la noche por todo lo que ve.
Dime de qué manera quieres que al oído te llame
y que use el estilo que yo quiera pero que te ame
de esa manera especial que tú sabes que yo sé.
Despierta y deja que tu clítoris también despierte,
que dé en el blanco perfecto, que seguro acierte
mi cuerpo cuando sobre el tuyo ardiendo se lance,
que nada nos importe lo que puedan pensar otros,
que el deseo de devorarnos que viene tras de nosotros
nos abrace, nos queme, nos envuelva, nos alcance.