Aferrado a la vida
estoy, aquí.
mirando pasar los días
encerrado en los aposentos de mi alma.
Mi cuerpo
doblado
por los años
ya. no resiste.
Y mi espíritu
no se doblega.
y a pesar. de que el mar de la inclemencia
con sus tempestades de enfermedades.
Azota
las playas de mi cuerpo...
no me doy por vencido.
y clamo al creador...
Señor...
no me abandones
ahora...
cuando, mas te necesito.