Vuelvo al amor….
¿cuando no lo he hecho?
Una vez más con el torrente del pasado
y el presente que provoca huellas interminables,
en mi pecho, en mis manos.
Cansado pero no saciado llevo las delicias
de tu lengua sobre mi cuerpo.
Y no les quiero poner fin, no quiero frenar
emociones, alucinaciones.
Me toca los ojos con tus dedos,
con tu rostro, con tus pechos…vuelvo a sentirte.
La oscuridad es una venda que no impide tenernos.
Mí rostro en tus pechos, tu lengua en mí cuello.
La oscuridad no me impide verte, la penumbra
no hace que nos olvidemos de lo que somos ahora
y siempre.
Es sólo un espectador que con sus delicadas manos
nos hace tinieblas corpóreas, que aunque oculta nuestro ser
nos deja ver con el tacto los deseos a conocer.
Nuestra hermana oscuridad nos posee,
nos atraviesa el alma,
nos hace tenernos a tientas entre sus palmas.
Tu y yo, nos tomamos, nos compenetramos,
nos fundimos en la noche opresora de embrujos
y efluvios de lujuria.
Tu y yo en el luctuoso nocturno de los corazones
desnudos teniéndose, sosteniéndose con los gemidos
y lamentos de nuestros sexos, que no se apartan por un segundo,
por un momento.
Nos vamos consumiendo a dentelladas,
nos vamos ahogando entre las sábanas,
nos vamos caminando en el borde de la penumbra
que nos obsequia otras horas para tenernos, como siempre y ahora.
© D. Valencia. Reservado todos losa derechos de autor.