Para verme sólo tienes que mirar, el interior del corazón que yo te he dado, Mira, y de pronto tu verás que ahí hay algo que con palabras no puedes expresar, ese \"algo\" ahí lo puse, desde que estabas en el vientre de tu madre para que así conocieras que tú eres mi hijo y si ese \"algo\" nunca antes lo viste, fue porque tú mismo no quisiste mirar en tu interior.
Para verme sólo tienes que sentir el fuego eterno que hay dentro de ti, es un fuego que no quema, es un fuego que ilumina ¡¡es el poder, chispa divina¡¡ que desde antes que nacieras yo ya te había dado para que tú mismo descubrieras que yo siempre te he soñado .
Para verme sólo tienes tú que orar y sabrás que en tu palabra esta mi voz; rompiendo oscuridad y mil abismos, tus muchas tinieblas ¡¡ tus grandes espejismos ¡¡ , y marcando el camino a tu oración y avivando el poder del corazón¡¡¡
Para verme sólo tienes tú que orar con toda la sinceridad de tus entrañas. No trates nada de ocultar, comprende que así mismo tú te dañas ¡¡Ora, reza¡¡ con ese fuego que te doy, con ese \"algo\" que hay cuando yo estoy. Sí antes algo malo te paso te dolió y no comprendiste, si tanto y mucho tú sufriste, fue porque así tú lo quisiste, pues yo, tus decisiones respeté y aunque sabía que de mi tú te alejabas, yo no tan sólo te esperaba y aunque nunca tú me vieras ¡¡ yo contigo siempre estaba ¡¡ y deje que me buscaras para que tú mismo descubrieras que desde que antes que nacieras ¡¡ tanto y mucho ya te amaba¡¡
ROBERTO VICENTE JARAMILLO
(obara koso)